Desde que tengo uso de razón, he odiado los cambios.
Es cierto que a veces pueden ser positivos, e incluso muy felices. Está claro que muchos son necesarios, respondiendo a una lógica evolución de los acontecimientos. Pero los cambios tienen un factor desconcertante y misterioso, el no saber lo que te aguarda a la vuelta de la esquina, asomarte a un precipicio al que sabes que, irremediablemente, caerás con peso de plomo.
Creo que todos tenemos en la vida nuestros personales e íntimos cambios de giro, como si todo fuera un gran guión escrito por una persona sin mucho talento, la verdad. A veces las acciones más nimias desembocan en horribles consecuencias inesperadas. Y otras, resulta que el cabrón más cabrón del mundo, la persona sin ningún talento, el ser ruín y envidioso que todo el mundo sabe que lo es (y, por misteriosos factores, todo el mundo calla), bueno, pues éstos seres con los que desgraciadamente tan a menudo nos encontramos (el la pantalla de la televisión, en Internet, en el trabajo)…resulta que acaban siendo triunfadores, o por lo menos, medianamente felices, los malditos.
Por eso cada vez estoy más convencida de que los seres más evolucionados, sin duda alguna, son los árboles. Para ellos, “el vive y deja vivir” es absoluto. Sus cambios son lentos y paulatinos, suaves, etéreos y delicados. Permiten que los demás se alimenten de sus hojas y sus flores, a cambio sólo piden extender sus semillas. Además, sus voces nunca son estridentes o destempladas, al contrario, hay que esforzarse mucho para que nuestros oídos defectuosos capten sus lentos mensajes de tranquilidad.
Mientras tanto, nosotros los talamos a placer, sin darnos cuenta de que son partes también de nosotros mismos, sin querer darnos cuenta del cambio al que vamos encaminados con éstas acciones tan tontas, ¿qué más dará un árbol más o un árbol menos?
Pero yo suspiro cada vez más a menudo cuando miro por mi ventana. Un gran edificio naranja, recortado contra el cielo azul, me saluda todas las mañanas. Millones de blancas ventanas me miran. Entre ése edificio y el mío (yo misma vivo en un gigantesco edificio naranja, parecido a una cárcel diseñada por un enajenado), una gran explanada llena de escombros, maquinaria oxidada, sacos de cemento destripados.
Y echo de menos los árboles, los echo de menos con la misma fuerza con la que podría añorar a mi madre, de faltarme ésta. Sobre todo, quisiera volver a oír su rumor, el viento entre sus ramas, sus sencillos mensajes. Los tiempos en los que las hojas se enredaban en mi pelo, y las estrellas se veían, nítidas, colgadas del cielo.
Pero las cosas han cambiado.
17 comentarios:
Los cambios son el ingrediente principal del guiso de la vida. Nos gusten o no siempre estarán ahí, asi que lo mejor es asumirlos como naturales e inevitables. Respecto a los cabrones triunfadores, no se si estoy muy deacuerdo. Mi experiencia me dice que cuando uno rasca un poco la costra (Uso deliberadamente tan desagradable término) con la que la gente se disfraza y se tapa sus miserias, se encuentra muchas sorpresas. El mundo está lleno de triunfadores miserables y de perdedores felices :)
Me ha gustado mucho el texto: Sencillo, humilde, emocionante y envidiablemente bién escrito... Que me he afectao, vaya!
Juraría que te había puesto un comentario el otro día en lo de las manías, pero veo que no está por ninguna parte. Maravillas de la técnica. Bueno, pues decía que no podía estar más de acuerdo con lo de la penumbra y los Bodybell, y claro, ahora entro y me encuentro con esto. Menuda reflexión. Amén a todo, que a mí también me molesta muchísimo vivir en estas condiciones de enjaulamiento urbano, catando lo bueno solo una o dos veces al año (eso con suerte).
¡Un aplauso para el que dijo que lo dejaría todo para poner un chiringuito en la playa y realmente lo hizo!
Hombre, Jose, está claro que todos tapamos a nuestros muertitos. Y la búsqueda de la felicidad nunca tiene fin...gracias por tus halagos, qué majo eres, coña.
Oski: y me imagino que más te molestará desde que eres padre de familia...si es que deberíamos hacernos hippies y perdernos en algún monte lejano ( rezando para que las excavadoras tarden muuucho en llegar)...
Hola, bueno... pues me esperaba un dibujo de una heroina y he encontrado este texto que me ha gustado mas aun. Bueno, yo no es que adore los cambios pero cada x tiempo en mi vida creo que un buen revolcón=cambio viene muy bien para poner cosas en su sitio, echar las que no valen, si nada cambia nada evoluciona, no? asi que yo si que quiero cambios!! lo importante además, siempre permanece.
Lo de los árboles... aparte de que son fascinantes y sabiendo lo que te gustan.. pues yo y no es por presumir ni mucho menos, tengo muchos por aqui así que te regalo por ejemplo el que tengo frente a la terraza que le vi nacer cuando lo plantaron y ahora es mas alto que el edificio... a veces (un secreto) le cojo una rama desde casa y le saludo como si le diera la mano... cosas mias...)es el de esas fotos que te enseñé que aveces parecían mariposas las formas de las semillas de las puntas de las ramas.... pues ese es para ti!
besos
Temer a los cambios es temer a la vida. No puedes hacer nada para evitarlos, asi que juegalos en tu favor! Todo es caos!
A mi tambien me encantan los arboles...sobre todo como suenan sus hojas con el viento...
Yo estoy con Barbol
¡Chopra!
Creo que alguien dijo que el hecho de cambiar no significaba que las cosas fuesen a mejor, así es la vida. Me temo que cada vez más gente echará de menos los árboles.
Arboles que sobreviven en unos centímetros entre el cemento, también muchas cosas han cambiado para ellos.
El cambio es inevitable, sólo deberemos disfrutar cuando sea positivo y aguantar el tirón cuando vengan a la contra.
un bico!
hola! pasando de blog a blog me he encontrado con el tuyo... y a sido una grata sorpresa... encantada de conocerte.. me pasaré más por aqui... y felicidades!
Una vez escuche que aunque la mayoria de la gente dice que los cambios son buenos,quiza, lo que ocurre es que algo que no querias que ocurriera..ha pasado..y no queda mas cojones que afrontarlo..y creo que estoy de acuerdo..o por lo menos sacar algo positivo de ello..en todo caso todo el mundo se mueve y evoluciona, y en el caso del dibujo o del talento suele ser para mejor.
Siempre me han encantado tus dibujos, un saludico Mon.
Lidia
La vida es cambio y no saber q hay a la vuelta de la esquina es lo mas emocionante de todo. a veces hay q bajar los escalones con los ojos cerrados ^_^ muy chulo el paisaje, pero la chica del anterior post me mola bastante. bss!
Joder, me has llegado, tia. Alguna vez, cuando currabamos juntos, teníamos en plan corrillo algunas conversaciones de este palo, y me ha encantado "reproducir" una!! Te ha salido a saco el espíritu de Miyazaki (viva la naturaleza!!)y estoy totalmente de acuerdo contigo en todo lo que dices. Los árboles tienen algo mágico (lo que decía, momento miyazaki) y duele tanto la muerte de un árbol como la de un ser humano.
Pena de no vernos a menudo para soltarnos charlas de estas, con unas cervezas y gorroneandoos a Gabi y a ti un cigarro!!
Besazos!!!
Love the flow of the trees!!
Montse, que talk!
hace tiempo que no sabía de usted...
cuanto cambio ha habido en su vida?
Mi abuelo decía que el destino baraja y nosotros jugamos.
La partida nunca está decidida, y el azar es un cuento de viejas.
Carceles naranjas o lo que sea, siempre hay un fin de semana, un puente o lo que sea para escapar a donde quieras, y no hay nada que no guarde cierto encanto. No es cuestión de acostumbrarse sino de pensar positivamente.
Un abrazo Montse!!
PD: Un barco no debería navegar
con una sola ancla, ni la vida
con una sola esperanza.
Bueno. Acabo de descubrir tu trabajo, a raíz de que estoy trabajando en mi tesis doctoral, sobre la ilustración contemporánea. Buceando en blogs y más blogs de ilustradores acabo de recalar en el tuyo y me ha resultado especialmente llamativo, dentro de todo el barullo de autores con el que ando trabajando. Y me ha hecho especial gracia el texto de esta entrada sobre los árboles, puesto que es realmente... extraño, podíamos decir, el sentir la energía que puede llegar a desprender uno. Suerte y puede que hasta pronto. David.
Estoy contigo , me gustan los arbolesm, en especial el sabugueiro (sáuco) Me encata la nueba cabecera de tu blog, un beso enorme, y una caricia a tu gato ;)
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