Pues nada, sigue dormida. Pero parece más contenta...

Por desgracia, llevo unos días en los que todo lo que dibujo no me convence porque no me divierten las ideas que tengo. Frustrante, la verdad. Así que he rescatado éste dibujo antiguo.

Mi musa particular se ha quedado dormidita, dormidita...

Creo que empiezo a entender la mirada de mis gatos.
Por una vez, he sido capaz de dibujar a mi gata Luna y sólo a ella, captar su parecido sin caer en la tentación de dibujar un gato "genérico". Es Luna, y sólo ella. Es curioso, pero da igual dónde se coloque, qué luz la ilumine, o qué colores la acompañen. Siempre queda bien, siempre es estética y todo a su alrededor se vuelve armónico.
Y siempre, siempre, tiene en sus ojos el brillo que da el mal genio.