El trabajo de color está a cargo de Gabor, y está dejando las páginas preciosas, oiga. Quizá los bocadillos deslucen a veces el efecto cromático, porque el blanco domina demasiado en ocasiones. Pero es que los personajes tienen mucho que decir.
Se me hace raro ver la página terminada, y ver a los personajes moviéndose por un entorno totalmente familiar para mi; es una cafetería que veo siempre que subo a Madrid.
Porque con el color, el "Café del Real" ("Café del Gato" en el tebeo) se ha hecho totalmente efectivo, ¿no os parece?