Cuando recibí la revista "Dos veces breve" en la que he colaborado, me llevé una alegría y un chasco a la vez. Alegría porque la revista es de gran calidad y está muy bien editada. Y eso da gusto. Chasco, porque no sé qué carallo hice, que mis dos paginillas tenían un color extraño y los negros no eran tales. Despistada como siempre le mandé al editor una versión equivocada, o no me aclaro con los malditos formatos del photoshop. Ambas opciones son válidas.
De todas maneras, lo pasé francamente bien buscando documentación, y me enamoré definitivamente del mundo sumerio. Un siglo de éstos haré un tebeo gilgameshiano.
Bueno, pues cuelgo aquí las páginas tal y como las pinté...